viernes, 30 de septiembre de 2011

CABELLO AL PISO

Por V.



No puede ser que también se me esté cayendo. Pero como no hay mal que por bien no venga estaba exento de la rutina del peine, el champú, la caspa. Llevaba una cabeza billante (aunque preferiría una mente brillante), y como de los calvos reniegan los peluqueros, los hippies, los rockeros y artístas estéticos son por su parte adeptos los del Ejército, los Alemanes, algunos Irlandeses, los que reciben la químio y algunos devotos de no recuerdo que religión.

Y por lo demás según algún mito sexual los calvos adquieren cierto poder fálico particular entonces me consuelo. Además los amigos me dicen que andando rápido no se nota y mis admiradoras apuestan por acariciarme "la pelada" creo en una posible resurrección que me promocione al éxito.

Cómo tampoco creo en fórmulas maravillosas, ni tratamientos, bien dice la máxima que lo único capaz de detener la caída del cabello es el piso y en fin lo que importa va por dentro, lo demás solo es pretexto.