lunes, 10 de octubre de 2011

EL EGO DE LA PUBLICIDAD

Por César
Comité Experimental



Vendedor informal de contrabando legal, con cinco entradas comprobadas a la cárcel por ligarse con el peor de los vicios: el de comer y dormir a toda hora. La primera vez que se hizo sentir fue cuando derribó el mito de que las monedas falsas flotaban en el agua. Habló en la plaza pública y dijo ser el enviado del demonio de los mil nombres, elogió a las mujeres bonitas pero las calumnio de ser bellas para ellas mismas y no compartir el pan con todos, desestimó la verdad absoluta, besó a los mendigos, tomo una paloma entre sus manos y la liberó del suplicio de la existencia.

Es tan buen amigo que sacrifica la mitad de su tarjeta prepago regalando timbrazos, se aprende retazos de poemas con los que ha llevado a muchas mujeres a la cama y luego dice que fue por su porte y elegancia. El otro día le sugerí ser más generoso con los amigos, a lo que replicó: "amigos tengo muchos" pero a los dos días estaba encerrado en una cárcel y en cuanto llamó le recorde su frase a la que agregó con seriedad: "pero como usted compa ninguno.