lunes, 29 de octubre de 2012

CONFESIONES

Por: Punto Límite Cero (PLC)


Mamá me confesó que cuando fuí concebido estaba ebría, y papá dijo estar bajo los efectos de la droga; eso aliviano la culpa de ser tan adepto a las drogas. Está hoy de moda esa trampa; si quieres a una chava la emborrachas ó la drogas y luego una vez en tus manos has de ella lo que quieras. Suena perverso pero sucede. Le sucedió a mis padres, el resultado fuí yo. Hay cositas que todavía le repiten las abuelas a las nietas en la adolescencia y es que escojan bien el sitio para buscar marido; una discoteca no es el lugar apropiado, menos las fiestas de gala en que todos parecen señores y señoras de la alta con sus trapos de alquiler y abusando de los cócteles. Y aún existen esos anuncios que exaltan a no mezclar gasolina con alcohol, y nada dicen de mezclar drogas ílicitas con gasolina; asi que resulta de todas formas que la droga abre tus sentidos y estás más alerta y eres mejor conductor lo que no pasa con el licor. Lo peor que te puede suceder es que al otro día amanezcas a lado de una chica semidesnuda que como tú no recuerda nada de lo que sucedió, pero que por el apremio del momento solo quiera llegar a su casa, como precaución intercambias números de teléfono y nombres, dos meses después te llama y notas que su acento es de preocupación y suelta una verdad a la que contestas con silencio "estoy embarazada".