lunes, 15 de octubre de 2012

LA FELICIDAD DE LAS MENTIRAS

Mentir es el pecado más confesado. Pero siendo que una mentira conduce a otra y que el mentiroso vuelve a recaer una y otra vez debemos considerar que detrás de la mentira está algún propósito: la felicidad. Parece mentiras pero hay personas que asi lo manifiestan, la mentira blanca, la inocente, la compasiva, la no intencional, la mentira piadosa. Resulta dificil comprobar las cosas de inmediato, pero una de las técnicas que hay que utilizar es decir las cosas rápido antes de que la mente tenga la disposición para adornar las cosas como son; un día un Médico se acerco a decirme que en el hospital donde laboraba se acababa de morir un hombre y que creía él tener la culpa del insuceso, la cuestión estaba entre ir ó no a decir frente a la respectiva autoridad lo que ocurrió. El Profesional buscaba la absolución, le invité a recibirlo bajo confesión y caí en cuenta de que estaba encerrado entre la autocompasión y la culpa. A veces las mentiras alientan, satisfacen, colman, quitan la culpa, hacen sonreír, alientan, quitan la depresión, y sanan como los placebos pero en definitiva terminaremos encerrados en el círculo de mentir compulsivamente a todo mundo y por cualquier cosa.