miércoles, 31 de octubre de 2012

PURITANAS A LA CASA

Por: Punto Límite Cero (PLC)

La fiesta comienza con una advertencia: la puerta se ha cerrado con llave.
Y la llave la tiene la dueña del lugar entre el corpiño qué digo... entre sus tetas.
La música de momento no gusta a nadie.
Hay pintas raras, extravagantes, que hieren la vista.
Pero reparten dósis de extásis y todo comienza a tomar su forma, la música es cálida y la gente tiene su estilo, los que no sabían bailar ahora compiten; y las chicas menos atractivas se han puesto insubordinadas a razón de su ebríedad.
Pasan las horas y como aumenta la energía también los deseos, ya en un rincón afloran un cúmulo de formas tratando de hacer una orgía con la ropa puesta, sin embargo yo siendo un faquir resistiendo el efecto de las drogas me entero que las dósis se han terminado porque él bribón que las andaba distribuyendo se ha tomado en serio su papel y ha causado más de una sobredosis.
Comienzan las peleas, los acosos, la mala vibra y es necesario abrir la puerta... y como la dueña del lugar esta feliz extasiada hasta que un bruto le asesta un golpe con una botella y arma la trifulca. Al final estoy afuera alejándome de las sirenas, tengo un corte feo en una ceja, un golpe en la pierna, pero estoy feliz, tengo una llave en la mano y la sensación de haber salvado la noche.