jueves, 8 de noviembre de 2012

CRONICA SOBRE LAS PIRAMIDES TRES DE CUATRO

Por: Alejandra Erazo Vega

OBSESION
Imaginar lo alto que llegaron a soñar algunos: una casa, un auto, electrodómesticos, y hasta el caso de hacerse cirugías estéticas. Solo entonces el dinero se veía por doquier y los billetes de alta denominación servían para echarse aire en la cara y no había monedas ni billetes de baja denominación, la gente no quería trabajar por menos de lo que rentaba su dinero en la pirámide y entonces los agricultores no sembraban, la ola de gente que emprendío el turismo "inversor" fue creciendo.

CASOS DE CASOS
Y si lamerse el codo es imposible, los seres conocidos por ser avaros sacaron el dinero de abajo del colchón y corríeron a disfrutar de lo que otros comenzaron a portar para causar envidia. Los jugadores recibían rendimientos y volvían e invertían todo, los más cautos retiraban el 50% y aún otros solo dejabán las supuestas ganacias. La cuestión fue que la ambición llevo a extremos: hipótecas, préstamos, empeño y hasta el límite de vender lo ajeno.

DECISIONES
Los matrimonios aumentaron lo mismo que la descendencia, el factor económico solventado era el acelerador de muchos deseos propios, la gente derrochaba y soñaba con la próxima navidad y el disfrute de su ganacia rápida, fácil y efectiva. Varias de las empresas comenzaron a vender electrodómesticos y a realizar actividades que al parecer disfrazaban su verdadera actividad. Hasta que alguien del alto gobierno habló y la desconfianza reinó.