sábado, 8 de diciembre de 2012

EL SILENCIO Y DEMAS ESTORBOS

Por V.




"Toda sabíduria es callada" Gonzalo Arango

"Yo  no estoy loco" había dicho rompiendo su voto de silencio. Pero el agravante es que ahora la palabra no vale tanto. No por lo menos como en el Oeste. Se lamentaba el Bufón del Rey con el corazón roto "y es que la próxima que me diga -te quiero- la mando lejos" y si eso dice y le pasa a este personaje no quiero imaginar que le pasará a uno. Pero esta falta de seriedad con la promesa, con la sentencia transformada en mentira blanca, ociosa, casi vulgar extorsiona consciencias; el pastorcito mentiroso debió quedarse callado cuando apareció el lobo. Honrar estas letras tampoco es que sirva de mucho, las firmas se falsifican, los contratos se levantan, las promesas se rompen asiduamente. Las palabras se olvidan y en la condición critica de recordar se transforma la palabra, la mente habla por si sola desconectada aún del lenguaje, puede mentir, puede aparentar, puede utilizar y puede aún más imaginar lo distinto que sería todo si se hiciere como ella crea; eso es una ilusión y por lo general vivimos en eso.