martes, 4 de diciembre de 2012

ERRANCIA POR EL SILENCIO

Por V.




"Mi destino estaba ser hombre y me elegí escritor" 
Gonzalo Arango

A veces callo; y pienso: decir mucho también es señal de ignorancia. El conflicto comienza con la decisión de ser original, diferente a todo; pero la ignorancia es atrevida y quiere postularse a imponer su condición; la mente dicta y dicta y no deja ver como es el mundo, lo traduce con fantasía, con su cuota de conmiseración y resentimiento. El silencio tampoco es correcto cuando las cosas trascienden al imperio de la violencia, de la culpa, del ahogo solitario. En definitiva marchar de luto, en la errancia triste de pasiones y de convulciones para aceptar que la muerte tanto como la vida no puede significar nada en aras de que al final todo desaparece tanto como las palabras y las fechas en el calendario. Y los suicidas escépticos aunque triunfaron ante su decisión estarán callados y no por su trágica muerte al fin, sino porque los vivos tendrán para ellos las peores culpas, los peores crímenes y decepciones; morir es también de alguna forma callar, para siempre.