jueves, 6 de marzo de 2014

Diluyente

Por Iván Ossa

¡Jue put...! la vida esta carísima, la muerte viene siendo otro cuento. A mi que me lancen a un río, total para me engordé tanto para servir de alimento a los peces. Me preocupa eso si el desaire hacia mis queridos amigos que me echarán de menos para pedirme prestado, mi novia para robarme algún beso (peso), y mi gato para arañarme, a mis viejos no les haré tanta falta ellos ya olvidaron cuántos hijos trajeron al mundo, en mi vecindario quizá el Celador me extrañe por la conversa diaria o el tipo que trae la pizza por la propina generosa, quizá el mendigo por la ropita usada que le suministro, quizá hasta el ministro de alguna iglesia o la monja en sus noches de cólera, alguna otra chica linda o la infiel de mi esposa. De buenas que no dejo herencia, ni hijos, ya que todo esta por las nubes de caro.