Por Carlos Alvárez
Llegamos al mar, dormimos en la playa vigilando el mar.
Alejandro: La marea es baja, me voy a recoger estrellas de mar
César: Mala idea, lo mejor es que esperemos a las chicas
Charlie: Ellas deben demorar
Fercho: Tengo hambre
(A lo lejos un buque aparece, al parecer es de otro país, se detiene a lo lejos)
Alejandro: Deben ser extranjeros
César: Lo más seguro, vamos a ver de cerca, me interesaría si de repente viene alguna chica europea, me han dicho que son monumentales...
Fercho: Blancas y rubias
Charlie: Lívidas y aburridas
(Desde el puente del buque saludan una figuritas)
César: Te lo dije son Japonesas
Charlie: ¿Cómo las distingues? puede que sean Chinas
Fercho: Las chinas son bajitas y gordas
Alejandro: Además las chinas saludan con una venía
César: "Arigato, arigato,arigato" (grita y hace una venia)
Fercho: Miren como imitan son del Japón
Alejandro: ¡pilas! las chicas
César: lo que soy yo hoy mismo me levanto una japonesa (se va)
Charlie: Creo que en la variedad esta el placer... (sigue a César)
Fercho: (a Alejandro) si preguntan las chicas les dices que fuimos por Sushi
Alejandro: No lo sé se me hace que esas chicas no son extranjeras, las confundimos solo porque hace mucho que no salimos...
(Vuelven luego con la cabeza baja y el ánimo por el suelo, las chicas se alarman pensando quizá les paso algo malo...)
César: Por mis pelotas que parecían japonesas
Charlie: No me gustan las chinas, comen delfines y perros, además son ateas
Fercho: Y tienen bigote
César: Para otra vez prefiero algo casero.