martes, 14 de enero de 2020

Sobre cómo la muerte nos apacigua, amaneceres en antros donde se especula con el sexo, donde al amor se le da precio

Por La Eleven

- Vos sabes ¿Qué es el amor?
- No. No lo sé...
- Y aún así dices que me amas...

El sol quema mi cara duermo a tus espaldas, escucho el ritmo de tu corazón, el tránsito de tu digestión, y hasta el avance de mis células sexuales en tu útero...

Pareces muerta, a veces me dan ganas de ir a verte por si ya entregaste tu vida, a veces me asustas, estás muy quieta, así dormida. Tan callada, tan satisfecha,

La muerte es el remedio para todo, pero es un fin inquietante. Ya te lo he dicho.

-Quiero limón con sal - dices despertando, pero recuerdas que no estamos en casa, las parejas de las habitaciones de alado comienzan otra vez su agite, levantas la cejas para desmentir tantos orgasmos fingidos.

A la salida le rompo la cara a u tipo que se te asoma y te pregunta ¿cuánto preciosa?, ya en camino a la casa al verte callada, te miro fijamente y te pregunto:

- ¿Cuánto le hubieras cobrado a ese tipo?

Te quedas en silencio y apenas asomas una cruel sonrisa para tus adentros creo piensas en que el amor quizá no tenga precio pero el sexo es otra cosa que se mide y se cobra de acuerdo al tiempo.