martes, 14 de octubre de 2014

LA MAGIA DEL CINE

POR MARYORI ZUMA

Estamos frente a la gran pantalla, la que nos indica que durante las siguientes dos horas al menos nos tendrá atentos a una acción, pero la conmoción no es toda la sensación, el cerebro de un espectador traduce la película según sus vivencias y todo se aproxima al evidente comparativo, ya el sujeto no es del todo ignorante, sabe de lo que se trata, sabe a ciencia cierta si eso es posible, esta atento de las secuencias y capta defectos de continuidad, y actos en los que el actor pierde su personalidad y tropieza y lanza una sonrisa que no calza, las películas de terror suelen objetar el exceso de luz pero a la par el espectador ya adivina la continuación, esto porque tiene experiencia y porque trata de aterrizar la historia y compararla con sus vivencias.