No, no alteres la escena del crimen de pasión, se limpia y cauta, preocúpate por tu cuerpo como el paraíso que es, la cama después.
No temas alimentarte bien y darte gustos, la cocina cansa pero lo sabroso no.
A ti te conviene estar atenta a cuanto ocurre, porque la violencia contrasta con ese deseo de que te guardes y te confundas y todo el tiempo precises andar insegura.