Por Yania Salazar
Antes de rodillas lo hacían sobrios,
hoy con miedo y con tragos,
la prédica es inconclusa
si quieren tu mano,
te quieren también toda.
Legalizar el enlace,
no pecar ante el Santo Padre,
tener la bendición de los Padres,
permitirse jurar fidelidad,
y quererse en las dos latitudes:
en las buenas y en las malas,
en la enfermedad y
en eso que llaman felicidad.