jueves, 3 de septiembre de 2015

"Ser trágico es fácil...basta existir" Un Homenaje al Profeta Gonzalo Arango Fundador del Movimiento Nadaísta en Colombia


Septiembre 24: "Lo único que dejo pendiente para mañana es mi muerte"

Septiembre 25: "Yo recojo mi cadáver"

Creo muchas personas sabrán de Colombia por su historia violenta de mafias y drogas, de corrupción y catástrofes, es triste lo sé, quizá sea más penoso el explicar a un niño o niña el por qué no puede salir afuera a jugar con sus juguetes siendo que aún hay balas perdidas y minas explosivas sembradas por doquier, aunque la verdad lo que más mata en este país es el odio encerrado en miles de corazones. Había pensado que los profetas vienen de países lejanos y que portaban túnica y un báculo, que tenían la cabeza calva y una prominente barba. Me equivoqué, acá en Colombia nació un 18 de enero de 1931 en Andes Antioquia uno de nuestros insignes profetas a nivel literario, un ser que volatizó la terquedad de vejetes cucufatos que querían regir el destino de una patria perdida con oraciones pordioseras y lucha de clases. Una casta clase que prometía el paraíso en el más allá y que por tanto obligaba a la gente a pensar como ellos. Esa patria de dos colores: rojo y azul, la patria del sagrado corazón de Jesús, donde hay pobres de pobres y ricos de credo. El profeta del que habló se levanto entre el tumulto y leyó su manifiesto escrito en papel de baño e hizo lo que las guerras libertadoras del señor Simón Bolívar no pudieron en su época logar: causar dudas.

Este profeta tenía una melena de fuego, y en lugar de una túnica lucía un sobretodo o un sobrenada como él mismo lo describía, era el profeta más flaco del planeta y sin embargo sus manifiestos lograban el eco prominente en todas las esferas. Usted quizá a estas alturas con razón pregunte ¿Y si este profeta existió por qué Colombia siguió igual? yo con soberbia puedo contestar que los profetas no están hechos para la paz, ellos emergen de la tormenta y luchan primero consigo mismos y luego con los demás, de allí la razón a la idea de filósofos de que para libertar primero hay que liberarse uno mismo. 

Gonzalo Arango fundo un movimiento con una filosofía hasta hoy inamovible, inquebrantable, todo el mundo podrá poner en duda la existencia de un ser superior, pero si hay algo seguro es que por todos lados pulula el vacío: la NADA.

Somos nadas perennes destinadas a la presencia (contemplación) y a la desaparición, cuya inteligencia no es entender, ni siquiera emitir un criterio dado su escasa importancia, el acto más esperanzador que vinimos a hacer al mundo es el morir o en un contexto hacer un homenaje a esa nada mediante un proceso de transformación. Y si bien la religión orquesta su teoría que el humano viene al mundo a homenajear a su creador y mandar sobre las aves del cielo y los peces del mar...etc. y procrear y hacer el bien... es potestad de que siguiendo esta ruta el ser humano esta haciendo es el mal, porque además de matar a sus semejantes los animales y las plantas, esta permitiendo que su especie se expanda, se multiplique como un virus que puede acabar con el mundo tal cual es.

El conocimiento te hará humilde, el amor se logra en la necesidad no material, y todo cuanto va, vuelve; por lo tanto hay que estar dispuestos a perder y a morir para lograr resucitar y por sobre todo no hacer ni permitir se haga de la existencia un negocio teológico rentable para los doctos clericales.

Continúa...