domingo, 14 de noviembre de 2010

EL MEJOR BAILARIN: ELMO VALENCIA




(1929 -    )
Un día partió hacia el extranjero, luego regresó y fundó una Isla-Nada, desembarco en una playa como un naufragó y de allí en adelante se dedico a escribir y a festejar que la vida le daba la razón y un día lo postularía para Santo.

Condón de la ternura y la decencia: no te imaginas cómo estoy de agradecido contigo por proteger mi bálano y mi tierno prepucio. Eres más importante que Luis XV, un rey que en realidad no fue muy importante. Cuando abro la hermética envoltura donde habitas, al instante brotas como flor de peyote. Y cuando con mis manos te coloco en mi sexo y saxofón, comienza el concierto de Jazz progresivo para incendiar la soledad de los cuerpos. La historia reconocerá tu empeño por evitar que ese virus nefasto del cual se habla con miedo en las alcobas nos pegue la enfermedad del siglo, que es el siglo más oscuro que ha tenido la tierra. No hay ano ni vagina que no reconozca tu deseo de que el sexo sea una dicha y no un arrepentimiento. Lástima que Miguel Ángel el de la Capilla Sex-tina esté angelicalmente muerto. Si viviera te estaría pintando en forma de cohete nuclear volando con dirección al útero de la vía láctea. Pero estas son puras imaginaciones mías porque nací poeta de esta especie que se extingue. Te admiro mucho por la misión que cumples a sabiendas de que una vez terminado el acto, los hombres siempre desagradecidos te tiramos con asco a la taza del inodoro, ese artefacto que Marcel Duchamp embelleció con su arte. Lo mágico de la transformación de la materia es que al otro lado de las aguas negras, los recicladores de la industria moderna, te reciben con los brazos abiertos para que mañana ya no seas un humilde condón de látex transparente sino una bolsa de plástico donde en los supermercados nos meten la comida.