Por Cielo Montealegre
Evadimos el cerco del pecado,
y hoy casados
podemos reclamar
un paraíso,
no habrá árbol ni manzanas,
no habrá víbora,
ni habrá destierro.
Nos hemos ganado el uno
al otro, somos dos,
pero hay que saber
que todo se conecta:
la lluvia,
el sexo,
la luz.