martes, 13 de octubre de 2020

Los hijos no reconocidos y la sentencia al infierno pleno, cuando matas al amor de tu vida

La Otra Clase

El éxito no es cometer el crimen perfecto, éxito es lograr lo máximo con el mínimo esfuerzo. 
Alexis Mendoza

En el sepelio de Alexis una chica lloraba más que las demás, más inclusive que la mamá y las hermanas juntas, era una chica delgada, de tez blanca, de ojos vivos y de mirada profunda ¿Quién era?, Alejandra como era muy curiosa le intercepta a la salida, le exige con cierta seriedad se revele. ¿una amiga? es lo que nos comunica dice al fin. No fue hasta después cuando el administrador nos decomisa las botellas de licor que íbamos a regar sobre la tumba de nuestro amigo y terminamos junto a él bebiéndolas que nos confiesa que una chica viene los viernes acompañada por un pequeño y le trae flores a la tumba de Alexis, el viernes siguiente le tendemos la emboscada y entonces nos queda viendo como criminales e igual le confesamos nuestra intención de saber cuál es su razón, ella mira al niño junto a ella y adivinamos las señas características, no hay duda ese niño es el hijo de nuestro amigo. Juramos guardar el secreto pero nos permitió su condescendencia seguir pendientes de el pequeño, solo nos cabía una duda más ¿sabía Alexis de la existencia de un hijo?. La respuesta era un no y le pagamos entre todos una misa de absolución por si acaso el infierno existía y el pobre había quedado por el pecado atrancado. El amor también se muere y más cuando el tiempo se hace cargo del recuerdo.