miércoles, 14 de octubre de 2020

Tanto el amor como el dinero se acaba, hay que creer en el amor desechable, la simpatía por el señor venganza

La Otra Clase


Lo que es el César anda con su perrita atrás atrás, le compra la ropita, le da en la boquita el alimento lo mismo que el placer, -mira, mira dice divertida ella señalando al arco iris - y él se ríe, es feliz a su lado y todos creemos que nuestro Emperador halló a la mujer de su vida, aunque según Aleja una buena mujer no se encuentra en una discoteca, ni en la calle menos en un burdel. Como nosotros tampoco vamos a la biblioteca y si a las salas de velación a besar viudas y huérfanas y a darle un beso al muerto y si es bonita, a la muerta y de paso robarnos la cristalería y la joyería, nos tragamos la historia de la huérfanita de la mujer de nuestro amigo. Y tanto amor viene empalagando y que ya no vamos creyendo en la buena voluntad de la sultanita y traz! que se levanta la minifalda y huye la descarada con un pez más gordo la interesada, será la soberbia o la testarudez de nuestro amigo que primero lo toma bien y luego se da contra el suelo y apura a prometer venganza, y nosotros a decir a tiempo mejor olvidar a la damita, y todo es una ilusión fútil que la doncella aparece en las últimas con una infección mortal a pedir perdón pero para colmo de males nadie la reconoció.