ME OFRECIERON UN RON
UN BALAZO
Y UNA MUJER.
ME NEGUÉ.
GONZALO ARANGO
Un Médico violando quizá el juramento Hipocrático me reveló siete formas de suicidio indoloro, luego de meditar al respecto creo que la de una sobredosis salvo el dolor del chuzón de la aguja (si la droga es inyectada) parece ser la forma más eficaz. Pero acaso no es ese ya el método que usamos involuntariamente, acaso el licor, el cigarrillo, la dieta, y demás hábitos insalubres clasifican en un tipo de suicidio por consumo.
Me recuerda la máxima de Paracelso "Todo es veneno, nada es veneno, la dosis hace el veneno", a veces es necesario probar de todo para sentirnos vivos, a veces aquellos a quienes consideramos viciosos, no lo son y en cambio nosotros seguimos tomando café y creyendo que la vida y la felicidad nos esperan y brindamos y luego nos intoxicamos con pensamientos y somos adictos dispuestos a defender nuestra dosis miníma diaria. Quizá sea hora de definir qué clase de vicio poseemos.