INVEROSIMIL pero cierto todo acaba, el misterio de cuándo y cómo morir nos mantiene expectantes y a veces listos. Lo fenomenal de esto consiste en que vamos cada vez deseando más. Las provocaciones son selectivas, algunos necesitan más para sentirse bien otros no tanto. Si los lobos supieran que están hechos de carne y hueso quizá se morderían una pata si el hambre apremía por encima del dolor, nosotros los humanos sabemos que se come y qué no y sin embargo buscamos a qué incarle el diente, me maravillo con la insuficiencia de nuestro conocimiento, necesitamos ser educados para encajar en la sociedad y adherirnos a la clase social, algunos no pueden bailar sin música otros no pueden ir al baño de otra casa que no sea la propia. ¿En verdad la humanidad estaba destinada a esto?: a descubrir un gen pero matar una rata, a compactar la música pero dejar que un niño muera de hambre... A veces quiero apagar la luz y para cuando la encienda no estar todos allí.