LOS CUENTOS han cambiado.
Es triste pero los cuentos de hoy en día son distintos, ya no te hablan de príncipes, ni princesas, ni encantos, ni hadas madrinas, en cambio exageran sobre la riqueza, la opulencia, la silicona, la esbeltez, la infidelidad, la traición, el miedo, la enfermedad, el odio, etc. Parece que los escritores se apartaron de la fantasía y ya no recuerdan que alguna vez fueron niños. Los cuentos de hoy son deseos reprimidos de incautos usurpadores de la realidad cruda y contaminante, en lugar de brujas ponen a fieras celosas, en lugar de castillos ponen sótanos oscuros, en lugar de apasionados besos mágicos profundizan sobre el sexo vulgar y el amor posesivo. Es por eso fácil encontrarse en un cuento de hoy a un enamorado celoso e infiel, un asesino, una mujer perversa e interesada un incáuto y en una víctima.
Dónde quedó el "eráse una vez" ojo, una sola vez, no muchas, tampoco tantas. Ahora pretenden que las veces sean muchas y bien dice el dicho que entre la rutina y la tumba la diferencia está en las medidas.