La muerte solo tiene un sentido de partida, mejor de devolución.
La certidumbre es que todo lo que muere vuelve a su estado armónico el mismo que tenía antes de venir aquí. Y el mundo solo sirve para hacer esa representación, la de la energía, la misma en la que hemos dispuesto aflora una serie de costumbres y protocolos.
Sin embargo todavía no hemos creado una cultura de la muerte a pesar que esta lleva tanto tiempo con nosotros, y sin embargo le seguimos temiendo y les seguimos mitificando.
La cesación de la vida confluye con un escenario trágico a veces desconcertante, a veces intrigante y hay veces en que solo es un acontecimiento esperanzador ante tanto dolor y sufrimiento.