La consciencia puede pertenecer a otra dimensión, o ser cualidad inmaterial de nuestro cerebro, y la existencial y tal como esta concebida solo es un espejismo argumentado y animado por cómo somos. Tampoco nuestro conocimiento puede albergar el basto universo, y si apenas nuestra vida alcanza para explorar un diminuto microcosmos y proyectar a nivel macro pretendiendo sea esta una forma de avanzar.
Pero ¿dónde están las puertas hacía ese otro universo?, la percepción es que la vida nos ata a un cuerpo a un mundo, y por lo tanto la muerte viene como una eliminación a ese atavismo, la eliminación de esa restricción de esa frontera entre lo material y lo inmaterial, lo que navega contra lo que fluye; y puede ser que aún nuestro propio pensamiento alcance esa velocidad y por tanto esa nueva dimensión se esté sucediendo al mismo tiempo en nuestro propio mundo, sin que seamos conscientes de el.