martes, 2 de febrero de 2021

UN PIE EN EL + ALLÁ

La enfermera que toma la muestra de sangre me sonríe.

No lo hace cuando lee el papel.

Se aparta y se luego allá la veo como se ajusta los guantes, respira rápido. Le agradezco con una sonrisa. Todo esto se me hace ya lo había vivido.

Aborrezco ese frío de la madrugada, estoy en ayunas, y mi aliento traza una nube de vapor. Me siento más vivo que nunca pero pienso que debe ser que el frío anestesia mi cuerpo, me dirijo a la biblioteca, esta cerrada, pero al momento llegan los encargados.

Elijo de la sección de metafísica unos cuantos volúmenes.

Voy por un café y comienzo a hojear un tomo.

Un chico alista un tablero de Ajedrez se preocupa de no equivocarse al poner cada pieza, pero al parecer su contendiente no aparece, revisa su reloj, ya impaciente se levanta al mismo momento en que yo me ofrezco para una partida, el chico me examina.

"Si supiera que voy a morir" pienso mientras muevo un peón, tiene la ventaja, él sabe por qué hay que arrancar moviendo los caballos, no se altera, sigue cada jugada con la atención de quien se juega todo.

Pierdo intencionalmente, la jugada esta cerrada, un dependiente de la biblioteca que espía el juego dice al fin:

- Solo queda una jugada - sonríe mientras empuja mi rey y lo voltea.

Por un momento pensé el tipo era un genio al ver una jugada salvadora, pero ahora veo que es un estúpido. Me molesto conmigo mismo.

El chico exige otra partida y se afana a ubicar cada pieza en su lugar.

- ¡Jaque mate!- vuelve a gritar, y el dependiente de la biblioteca vuelve a celebrar.

Ahora entiendo el chico es su hijo, o cómo se explica tanta alegría reprimida.

Jugamos seis partidas continuas y en todas salgo vencido. arrugo el vaso plástico del café y me alegro de tener esa incertidumbre, esa duda ¿tendré o no un pi en el más allá?.