Juego mi vida, ya no me importa, son los demás los que me importan.
Mis defensas están bien pero no mi autoestima.
Yo hice la tarea y profundice en el sentido de que la muerte no viene siendo tan mala como se cree. Hay que darle el crédito que se merece, la intención es que el paradigma cambie, que por lo menos tengamos la decencia de admitir que somos seres temporales y frágiles, que hacemos un curso intensivo y sin embargo no debemos esperar nada.
La experiencia es válida, solo si piensas que te estás muriendo, ya antes en la comodidad, con salud, dinero y amor, ¡ni lo habías pensado!, y entonces te preguntas si esas cosas no son sino meras distracciones mientras todo pasa.
No puedes delegar el dolor, tampoco la preocupación, solo tú esperas el desenlace, y piensas si el tiempo será justo, o mejor si te salvarás y empero todos dirán ¡es un milagro!.