sábado, 9 de enero de 2021

APOLOGÍA Y PARAÍSO II

Perder es inevitable, pensé para mí, sus lágrimas iban a provocar la mías, trate de buscar su mirada aún sabiendo que lo que tenía que decirme ahora si era grave:
- Yo te fallé, me deje llevar y destruí todo lo que juntos habíamos labrado...
- Lo importante es que estamos juntos... - alenté a decir
Lo que no entendía era el por qué esto me concernía a mí también, era como si yo hubiese quedado en medio de un fuego cruzado, o yo tuviese que ver con algo, no quería presionar una violenta respuesta, o ser sindicado de impaciente...
Le ví más pálida que de costumbre, le indiqué un sitio donde podíamos sentarnos, pero ella negó con la cabeza, así que seguimos caminando, su rostro era del color de sus aretes de plata... me preocupaba, el sol apenas caía sobre nosotros y la gente iba con afán a todos lados...
- ¿Recuerdas cómo nos conocimos? - preguntaste.
En mi mente se dibujo de inmediato una escena, un hombre y una mujer se saludan y de allí en adelante los dos no se pueden olvidar uno del otro. Mi mente vuela y me lleva a el sitio donde nos dimos el primer beso y te prometí iba a cambiar, luego viene a mi este mismo sitio en donde varias veces nos encontramos sin importar tiempo, sin contemplar frío, calor o inseguridad, aquí paseamos tomados de la mano intentando conectar nuestros sueños.