Lo malo de la enfermedad es que no se puede renunciar a sufrir, el dolor tampoco puede ser transferido, y solo lo padece una persona así las otra persona pretenda decir "lo entiendo".
Pero es esa culminación inevitable la que atormenta, la que le devuelve a la vida ese contenido trágico, es esa cascada en donde la vida acaba, en donde todo pierde el sentido y se va, se abandona.
La enfermedad es la forma como el cuerpo reacciona ante una falla.
Quizá no hemos comprendido del todo la reacción de nuestro cuerpo y porque la enfermedad se manifiesta más critica en unos que en otros.
El aliciente de que la solución a la enfermedad ha permitido el alargue de la vida, parece bien una ilusión en tanto parece que vivimos más pero en cierta forma es que el tiempo también se ha invertido de mala forma y nos hemos apegado a rutinas sin el crédito ni la pretensión de ayudar a nuestro prójimo.
La ilusión nos mantiene a la expectativa el lograr más belleza y más vida, y perdurar más para los que nos quieren y queremos.