Y si la secuencia no aporta ningún dato, debemos estimar que la vida apareció de repente.
El dilema esta en siempre buscar, no quedarse estancados en un acerbo de verdad, no escatimar que hay algo más allá de nuestra comprensión, que el descontento sea en esa dimensión, que la vida sea motivo y causa de la curiosidad, y que la duda por sobre todo aliente al conocimiento.
Es triste ver como se desperdicia vida, en tendencias inútiles y vacuas que no trascienden a ningún conocimiento, a ninguna intención, es también apremiante como las personas tratan de imitar a otras en su intento por calar o ser parte del rompecabezas, pero solo completan ese panorama de la realidad, se acomodan y nada más emprenden, se resignan a su propia realidad y no inciden en la realidad, solo son pasajeros en frente de un vidrio y aprecian la realidad tal y como se suceda al otro lado de esa ventana, sonríen y señalan al horizonte y están atentos a cuando les corresponda su parada, se bajan y echan a mirar atrás lamentando su suerte.