Todo conlleva un tiempo, se diría que un ciclo en que ocurre sus sucesión, en que se dispone de un orden, un éxtasis y una culminación. Todo calza en esa ironía de que todo lo que existe tiene una fecha de caducidad, y en honor a ello sufre de múltiples transformaciones. Solo la consciencia lleva una notable permanencia, pero que a la postre desaparece cuando acontece la muerte.
Es notable que el sexo sea tan atractivo y tan llamativo y su ejercicio ser consecuente con la aparición de la vida. Pese a los distintos métodos de anti concepción es finalmente esa costumbre de formalizar una familia, la que viene a convencer de que es necesaria una motivación para seguir adelante y emprender una carrera en contra del tiempo que a la vez un maestro y un verdugo.
La rutina nos ha llevado a estar en conformidad con el ciclo evolutivo que se sigue, y puede que de la muerte se pueda salvar alguien en más de una ocasión excepción que se hace cuando se trata de enamorarse o pensar en la realización personal de casarse y tener un estatus social.