Auto anularse, tomar en las manos la vida y renunciar, cuantas veces no hicimos algo al auto medicarnos, al exponernos al peligro, al tomar decisiones adversas en contra de nuestro organismo, pasamos de ir perdiendo segundos vitales para sacrificar días, semanas y meses, y se acerca el final y la secuencia se acaba, algo falla y entonces nos exponemos a ser liberados de la carga.
Pero por manos propias elegimos acabar y despegar de una vez con la consciencia palpitante de culpa de adioses y de perdones y con un nudo en la garganta partimos al olvido que luego seremos y la sindicación de no saber a qué se debió la vida y a qué la muerte. Quizá todo fue un accidente.