sábado, 7 de enero de 2012

JINETERAS DE CUBA

Por: Xavier
La resistencia intelectual pacífista




Amo a estas mujeres de tierra cálida, estas tipas de trenzas, de cuerpos curvilíneos, de imagen clara y lenguaje explícito, las caribeñas al llegar al filo de la cama están ya desnudas por el calor, se suben en tí y buscan en tu bragueta consuelo, y digo esto porque no esperan ser incitadas, te roban del paladar el beso, del sexo el orgasmo, y cuando te despliegas sabes que son complacientes pero su apetito va más allá y aunque estás en sudor lavado vuelven y quieren más...más...más. Te muerden, te aruñan, te hacen con sus caderas figuras que solo al origami se le pudo ocurrir, y no calmas de tanto placer, tienes el ritmo de su corazón impregnado en tu miembro y zas! zas! zas! arremetes y suena un mórbido golpe como aplauso hasta que sientes que todo se diluye en tí y desde lo más hondo emerge la dicha líquida que ella se apresura a aproximar a su ser, en ese momento en todo ese calor los líquidos hierven y se mezclan en un suspiro finito. Me gustan esas mujeres, porque abren tanto las piernas que exhiben su don supremo y quizá no sea para tanto, pero es como si desearán ser consumidas por una especie de combustión espontánea, gimen, se estrechan, se entregan como si ese coito fuera el último de sus vidas. Y para el deleite un mojito que sabe a triunfo. ¿Cómo te llamas? "Amapola" vaya eres una enviciadora. 80 dólares me costó saber a qué sabía una chica de esas.