Doloroso es cuando muere una persona muy joven, uno mide las emociones de la gente no tanto por el llanto que aflora en estos momentos de dolor, sino por el grado de interés que la gente tiene en que la ceremonia postúma salga bien, triste también es notar como la vida acaba en hechos violentos o en accidentes que a lo mejor pudieron evitarse, y entre la gente se suele comentar que la muerte sucedio en un instante y que para desgracia de todos el milagro que esperaban no surtió. He entregado los Santos Óleos a muchos moribundos que en su lecho a raíz de algún último deseo contaron secretos y se arrepintieron, recuerdo a un señor que quiso le ubicarán un espejo para así verse como moría, a otro señor le dió mucha sed y quisó que lo bañarán; me preguntán si sé decir que pasará luego de la muerte y tengo para mí la creencia que la muerte es un paso más en la evolución hacia lo espiritual, a lo inmaterial, Dios ha dispuesto para nosotros esa transformación, es difícil dicho cambio pero es propio comprender que todos seremos llamados a pasar por eso.