Comité Experimental
Y como Dios le da pan a quien ni dientes tiene. Y como el necesitado tiene cara de perro, que nos aprueban el proyecto y ascendemos como espuma y tan así que nadie lo creía hasta el punto de quedarnos mudos por la expectativa, las ansias y el miedo. Entonces como resulta que la empresita comenzaba a trabajar por los necesitados y en ese momento los más necesitados eramos nosotros mismos nos hicimos un préstamo a título personal de devolver cada centavo al proyecto del comité. Pero como hasta ese momento (y aún hoy) los dichosos sujetos dependían de la caridad pública y mayormente de papá y mamá; y como la mala educación dice que paguen lo que les pidan; la platica fue haciéndose polvo en el aire. Y como la literatura no renta y con el fracaso de los "dandies" para asegurarse una pensión producto del matrimonio con una viuda millonaría, lo que se iba a reintegrar se volvío gasto que a manera de desespero soportamos con facturas, tíquetes y testigos.
A la larga todo se supo y quedamos en evidencia con la conciencia sucia pero la satisfacción de haber por lo menos ostentado ser "ricos" por un instante. Más luego nos reíamos recordando el prodigio de la mona al vestirse de seda... "Vamos" nos decíamos, si como pobres somos más y es de "ser" no de "tener" ni numerar; lo que sí aprendimos es que el dinero no hace al rico ni la pinta hace al pobre. En todo caso la deuda que teníamos la pagamos con creces y la plata que la confiamos a terceros la estamos recolectando, así que para otra vez quedan recomendados y se les tendrá en cuenta.