Comité Experimental
Distinguido Señor:
Con el respeto que se merece su orden y su representación nos dirijimos a su dignísimo despacho a fin de que resuelva prontamente las siguientes dudas:
1. Si existe Dios ¿Dónde esta cuando se lo necesita?
2. ¿Por qué una Monja ó Religiosa no puede confesar?
3. ¿Si Dios creó todo también creó el mal?
Es preciso decir que hay muchas dudas más, pero consideramos usted se ocupa de dar bendiciones y pedir por los desamparados del mundo que son muchos y quizá no le alcance el tiempo.
Sabrá usted que aunque parezca raro leemos sus encíclicas y nos parece cruel que condene a unos y salve a otros, por ejemplo critique la utilización de los métodos anticonceptivos, esté en contra del aborto y desapruebe la homosexualidad, de paso ¿por qué no prohibe la pobreza?. Y nada dice del respeto hacia los animales, del maltrato hacia los niños y la mujer, de las guerras preventivas y la esclavitud.
Aquí mi señor tenemos hambre, frío y estámos más solos que Jesús en el huerto.
Atentos a su respuesta le deseamos éxitos en sus labores.
Cordialmente,
Comité Experimental.
Adendos a esta mísiva:
(1) La carta fue efectivamente envíada y radícada ante la Oficina Papal pero nunca se obtuvo una respuesta.
(2) El borrador de la carta original tenía doce páginas haciéndo todo tipo de críticas a la religión católica y preguntas exageradas, se decidió resumir el texto.
(3) La pregunta número dos (2) fue formulada por una religiosa en ejercicio.