Vagamos un tiempo, unos años mientras adquirimos razón y pertenencia con el mundo, No nos alcanza sin embargo el pensamiento para digerir la ideas de que tanto trabajo y esmero en el diario vivir, tenga que acabar de una forma u otra.
Pero cuando la muerte ocurre otro ciclo también comienza, el cuerpo físico se destruye entregando o devolviendo su materia al mismo universo que le conformo. Sucede que un cuerpo inerte parece tan vacío y tan ajeno de representar ese impulso vital que le animaba, que le hacia distinto. Pero la verdad es que esa fuerza vital que animaba ese cuerpo ya no lo habita y la certidumbre inmaterial comienza, y quizá se vuelve a comenzar en otra parte o de otra forma que no es para nosotros fácil de reconocer con nuestros sentidos.
A veces para confort podría ser que la muerte es un punto seguido a la bienvenida de otra vida siguiendo el ciclo: por una muerte una vida.