No es una incitación hacia el suicidio menos una tentativa hacia el reto del destino en algún peligro o azar.
El ser humano no controla nada y a pesar de todo quiere ser dueño de algo, su capacidad de razonamiento es asombroso, pero también la forma en que se equivoca.
La razón nos sitúa en un alto grado en la escala evolutiva, pero tal grado colinda con la amplia incidencia dentro de su entorno, aún la mente no es capaz de controlar nada, pero el día que lo logre estaremos frente a un grado de evolución máximo, a tal punto de que todo sueño pueda contrastar con la realidad.
Sigue siendo entonces verídica la experiencia humana de siempre desear más y más.
¿Será sin embargo que algún inminente hecho termine determinando a qué tiempo nacer y a qué tiempo morir?; no lo sabemos, pero se viene al mundo a través de un alumbramiento, como pasa con una verdad y en medio del trámite inciden factores hereditarios, medioambientales y algo que nadie todavía comprende ¿A qué hora comienza la vida?.
Quizá contraste con lo que ocurre con la muerte que nadie ose lanzar sus cartas, a qué hora ocurre la muerte, si con el cese de la función de los órganos vitales: corazón, cerebro o será que se muere progresivamente en tanto cada célula se apaga en forma independiente.