miércoles, 29 de abril de 2020

Fuimos amados por brujas que nos convirtieron en Santos y mendigos al mismo tiempo, nuestra precaución es con muerte que creemos en extremo es absoluta

Por Yania

Escarbando por entre los recuerdos me detengo en los escritos de Alejandro Hernández, me apego a su liberal forma de pensar y su manía de inculcar su intención, me causa asombro sus predicciones y forma de tratar temas tan controvertidos como importantes. Busco en mis contactos su número y sin dudar le marco, me atiende una voz ronca y apagada, pero que va adquiriendo energía apenas le hablo de que me es indispensable reunirme con él a hablar de literatura, esta vez le insisto de que no se trata de ninguna emboscada y le prometo no insistir con preguntas, - solo conversaremos - le digo para su tranquilidad. Últimamente anda extasiado con eso de que el amor es una brujería cuyo antídoto es más mortal que el mismo hechizo, me alegra sin embargo que aún persista en su delirio por investigar y seguir adelante con una sonrisa a flor de labios.