SEXO Y REPETICIÓN 1

Sin el ejercicio del sexo sería imposible la vida.

el instinto básico, la tendencia conceptual de la naturaleza hacia la conservación. Pero si en la naturaleza hemos visto ya desaparecer especies en concreto ¿por qué la nuestra puede escapar a ese destino?.

El ser humano como presunto líder en la pirámide de la evolución, ha sido también señalado de intencionalmente traer vida, y debido a ese control puede hoy coronarse rey de su creación por su intervención entonces posibilita que un huevo pueda ser un nuevo ser. La naturaleza esta allí para prestarse al desarrollo de las nuevas generaciones, pero el dilema está en que la especie que domina esta también influyendo en la naturaleza de forma perjudicial en tanto los recursos no se valoran y se agotan. Esto evidencia que no hay una merecida reflexión y por tanto la vida se esta sobre valorando por encima de la capacidad del planeta para soporte pleno de todos los seres vivos.   

ANULACIÓN DEL "YO" 2

El "yo" ha sido considerado un mito en el sentido de que no existe sino como el reflejo de una intención: diferenciarse del otro. Ocurriría algo incongruente si se precisara de que todos los seres tuvieran facultades comunes y en el caso de los humanos pensarán de igual forma. entonces existiría no un  mundo de competencia y de metas, sino al contrario un mundo de seres marcados por la rutina y la repetición de tareas y entonces el arte sería imposible.

El "yo" sin embargo lucha por su preservación, su límite es la potestad del otro, entonces arraigos como el egoísmo , la avaricia, el derecho de posesión florecen.La muerte anula ese "yo" y lo ubica en el pasado, lo fulmina con olvido, con la constitución de otros "yo".

ANULACIÓN DEL YO 1

La mente crea lazos de pertenencia y como tal es estricta y por tanto identifica su portador, el "yo" delimita una posesión y teje unas fronteras, no es el nombre, ni siquiera el parentesco, el "yo" aísla, segmenta, restringe, inhabilita, es como una jaula, el ego solo es una cualidad del "yo", sin embargo el "yo" no identifica tanto como el nombre o define tanto como la personalidad.

La percepción del "yo" sin embargo se hace desde lo externo y se da validez al reflejo que los otros tienen de mí, pero no se valora lo que es la esencia: valorarse desde adentro hacia afuera.

El origen del "yo" puede que caiga en la controversia de en qué momento se produce realmente la concepción de un nuevo ser, sin embargo ya desde muy temprana edad se verifica la existencia de características que identifican al ser sobre los demás. El "yo" no nos distingue como únicos como la huella dactilar pero si hace que el ser haga y piense diferente a los otros.

   

APARIENCIAS 2

Estamos conectados siempre al mundo,la naturaleza influye sobre nuestro organismo. Pero el estado mental trata de escapar a su influencia, conforma su mundo, se dispersa, proyecta, se extrapola de la realidad, por eso la magia de la poesía, por eso la magia de la creación. Por eso la música, por eso el color, en si misma la vida tiene esos contenidos porque es parte materia y parte sentido, igual que cada ser tiene su personalidad única, igual la vida tiene su matiz, su forma de parecer particular.

La muerte exime a todo ser vivo de esa diferenciación, una planta inerte quizá no cause tanta lastima como observar el cuerpo de un animal muerto. Sin embargo los dos seres compartían muchas características comunes en vida.

La muerte exime de pensamiento, de esa  posibilidad de contacto con el mundo, de esa relación con los otros, del mismo dolor, nos excluye de esa forma y ese tiempo y todo rastro físico es borrado con el tiempo, luego la inquietud mía y de muchas personas es ¿a dónde va a parar el conocimiento adquirido en esta jornada vital?

APARIENCIAS 1

Y si la vida es sueño y la muerte fuese un despertar, quizá lamentaríamos no haber hecho más por las personas e inclusive por nosotros mismos. La vida trae esa dosis de tormento y de desilusión, de arraigo y de insatisfacción, es un espacio para llenar de cosas y sentimientos que no se llena nunca y siempre nos hace falta el centavo para completar el resto, nunca se nos hará completa. Ni aún con todo lo que tenemos estaremos dispuestos a reconocer la satisfacción total.

Nutrimos el ego, por eso nos gusta compararnos, por eso estimamos que la vida es una competencia. por eso presupuestamos modos de ser ante las situaciones, por eso y no por precavidos anhelamos poder tener opciones, estamos tan adheridos al juego de la mente que no aceptamos un final definitivo.  

DESCONEXIÓN TOTAL 2

No hay forma ni contenido, tampoco hay el dominio sobre lo acontecido, el tiempo sigue su andar y el espacio también, todo pretende una evolución si ser contenida, defiende su espacio, arremete deseando dejar su huella en la inmensidad, todo contrasta con un sentido existencial, con un motivo y una pretensión, la vida por eso no tiene dueño y es muy difícil tolerarla en otros medios dispersos o fuera de este mundo, es por eso que los exploradores de universos quieren dar con la presencia primero de agua, oxígeno, hidrógeno o carbono, para luego trazar sus proyecciones.

La vida es también química y es el desarrollo de una física elemental de realidades, es también una particularidad, y la muerte por tanto se sucede también en medio de una características aún oscuras para nosotros, aunadas a dejar de pensar, dejar de respirar, dejar de realizar las funciones corporales propias y solo aspirar a que exista una energía no corporal que sobreviva, que solo se haya dedicado a animar dicho cuerpo y sea solo un transporte. Es el deseo de todos que tal desconexión total no duela y que por lo menos sea prometedor el destino esperado, aunque la tristeza de partir ya ni sea distinguida. 

DESCONEXIÓN TOTAL 1

Para que haya vida es indispensable un mundo, unos sentidos y un vínculo con ellos. La ausencia de un contacto con alguno de estos elementos significaría la no existencia.

Mérito por lo tanto es que el universo haya creado en un confín las múltiples escenas que dieron la posibilidad a la existencia de los seres vivos y se haya dispuesto lo importante con ciclos que permitan que exista también una posibilidad común.

Las líneas que otorgan calidad a la existencia son muy delgadas, precisa el cerebro de los mecanismos propios para alimentar esa realidad con los matices y deliberadamente auspiciar una personalidad para que exista una proyección del ser, en forma particular, para que desee, para que este conforme o no, para que asista y sea participe de un creación, para que mediante su trabajo pueda transformar su medio.

Es aprovechando ese intervalo de vida y de creación que el hombre va consiguiendo un sitio en medio del mundo, allí vive, tiene sus pertenencias y se ve posibilitado a conquistar y legislar a su gusto, por lo tanto las condiciones son favorables para que vislumbre también una conexión con la vida y así trasmite su don majestuoso de vida; se reproduce y así trata de fortalecer esa conexión con la vida.  

¿EXISTE LA MUERTE NATURAL? 2

En tanto la vida surja como otra incógnita y los mecanismos complejos del cuerpo se sucedan a toda costa sin explicación la muerte seguirá siendo una respuesta tácita y vulgar.

Básicamente la muerte procede del desgaste paulatino de los órganos o del deterioro de ellos de forma que el cuerpo no es funcional. La naturaleza sigue allí con sus efectos y sus fenómenos, una muerte no altera su actuar ni se inmiscuye en su propósito.

Con toda permisividad la naturaleza sigue su camino, no vuelve atrás.   

¿EXISTE LA MUERTE NATURAL? 1

No nos sorprende que hay en el partir definitivo ese acertijo. La muerte constata la fragilidad humana, pese a todo el hábito de la supervivencia hace que el mismo humano catalogue con frialdad a otras especies "menores" para su beneficio alimenticio, es decir que  la muerte de otros si es buena y la propia no tanto.

Esto también ocurre cuando el humano alterna su rutina existencial con el espectáculo del sacrificio y sufrimiento en un ejemplo las corridas de toros, peleas de perros o gallos e inclusive las carreras de caballos. 

Hay una clara sentencia que ejerce el humano sobre otros. Pero y si todos los participantes en esta fiesta de la vida fuésemos en realidad asesinados y en efecto sea el mismo planeta quien nos pase cuenta de cobro por haber usufructuado el medio natural reinante. Entonces sea perjudicial para nosotros por ejemplo el oxígeno que respiramos o sea un poderoso veneno el agua que consumimos y sea que el ser humano sea extranjero en este sitio y el verdadero planeta de donde proceda si tenga las condiciones y los medios para asegurar la inmortalidad o por lo menos una larga y duradera presencia. 

UNA MUJER PARA MORIR 3

Pero si se cumple un ciclo natural elemental de que todo ser que muere nace y por cada nacimiento debe haber una muerte, el ciclo continúo desequilibra en tanto las personas no son conscientes. Allí yace la disyuntiva de que la vida humana está ocurriendo al azar y en medio de una simpleza pasmosa, en tanto la muerte ocurre con la dificultad inicial que no avisa, ni se predice.

entonces la vida surge en forma muchas veces premeditada pero la mayoría por una circunstancia que se diría accidental y también la muerte se ha situado en ese escenario; de tal forma que las contingencias logran ese grado de equilibrio y disposición.

La línea entre una y otra es tan diminuta que cada evento se da a una velocidad suprema que imita a la del pensamiento y por tanto su ocurrencia no es determinada. 

UNA MUJER PARA MORIR 2

La trama existencial avocada a el servicio a los demás, y en el caso de la mujer por evolución histórica, señalada su tarea de la procreación y conservación de la especie, y la osadía del amor, sentimiento traído a colación para entretener y matizar en el fondo la relación afectiva que se forma entre hombre y mujer.

Un ejemplar muestra de la cultura para la conservación del orden, la familia como célula de la organización social y el establecimiento de Leyes y Normas para poder ejercer un control. Sin embargo la expectativa se cierne sobre el que la cultura debe dirigirse a todo evento que sea importante y determinante en el ciclo humano de la existencia y sin embargo para la muerte no se trazan sino tópicos ceremoniales y lineamientos que derivan en la tenaz realidad del entendimiento y la resignación.

UNA MUJER PARA MORIR 1

Nacer es una simple manera de exponerse también a morir. Entendiendo que todo cuanto nace está inevitablemente a cumplir su ciclo y desaparecer. Vista la vida como oportunidad, y posibilidad de hacer que las cosas ocurran. Es también irónico que una mujer sea a la vez capaz de dar vida y caer en la trampa de que esa vida nueva tampoco asegurara una real inmortalidad o permanencia. El contraste con el cambio que se sucede a despensas del deseo. 

El alegato mayor cuando se abdica del deseo de engendrar una criatura que a la postre esta sentenciada a correr la misma suerte, por ser mortal y quien precisa es importante heredar la responsabilidad a una siguiente generación, 

La misión que tiene la mujer de al obedecer a sus tiernos deseos influenciados por sus hormonas festejar tanto la vida, como la evidencia de que frente a la vida existe el matiz de el no existir.  

UNA MUJER PARA NACER III

Una mujer que realice el trámite con la vida y que durante nueve meses sufra dolores, que luche por la subsistencia y que vea en su capacidad de amar el triunfo.

Solo una mujer puede entender lo que se siente y se vive al traer una nueva vida al mundo.

Un mundo quizá inmerecido, injusto, violento, pero que promete belleza y felicidad temporal y que para el peor de los males tiene el aliciente de un proceso final que a veces se intenta postergar por medio del recuerdo.

Una mujer para llenar al mundo de esperanza, para dar intención a tanto vacío, una mujer para llorar y para reír, para enamorarse para que todo este en orden y por lo menos se aprecie en su dificultad, en su sin sabor, en su lógica del bien y del mal, una mujer para que distraiga el momento mientras llega el temido momento de partir. 

UNA MUJER PARA NACER II

Y para morir solo necesitamos estar vivos, circunstancia que nos convoca en igualdad e condiciones, y no por ser más poderosos, ni por tener más riquezas o alianzas, ni por saber más, nos vamos a escapar de tal destino.

Una mujer para que invoque en nosotros el amor y la capacidad para avanzar.

También una mujer para que le otorgue un sentido a la vida.

Una mujer que teme a la muerte pero se eterniza en sus hijos y tiene para ellos los mejores deseos de verles triunfando.