sábado, 10 de julio de 2021

UNA MUJER PARA MORIR 3

Pero si se cumple un ciclo natural elemental de que todo ser que muere nace y por cada nacimiento debe haber una muerte, el ciclo continúo desequilibra en tanto las personas no son conscientes. Allí yace la disyuntiva de que la vida humana está ocurriendo al azar y en medio de una simpleza pasmosa, en tanto la muerte ocurre con la dificultad inicial que no avisa, ni se predice.

entonces la vida surge en forma muchas veces premeditada pero la mayoría por una circunstancia que se diría accidental y también la muerte se ha situado en ese escenario; de tal forma que las contingencias logran ese grado de equilibrio y disposición.

La línea entre una y otra es tan diminuta que cada evento se da a una velocidad suprema que imita a la del pensamiento y por tanto su ocurrencia no es determinada.