viernes, 16 de diciembre de 2011

LA BALADA DEL PISTOLERO

Por V.




"Dame la fuerza para ser lo que fuí, y por lo que soy perdóname" Desperado.


Desde el Mariachi hasta más allá se plasma una realidad funesta: la música esta estratificada. En mi sitio los que de música saben dan serenatas y viven del rigor del paseo en taxi, de la subida de escaleras, del frío de la noche, del humo del cigarrillo y si por fortuna un providencial trago de licor fino además de una buena propina; a la postre rasgar una guitarra, afinar la voz y portar con elgancia un traje alquilado al final de la gala vale tanto como recordar la siguiente nota y el coro. Saber es lo que determina la tarifa... Pero hoy con todos esos teclados, orgánetas y cajas musicales que sustituyen el colectivo musical, no es raro ver de repente una serenata a punta de grabadora de seis pilas.

Y en tanto a los porteros se les da por requisar las guitarras porque según ellos "casos se han visto" son muy optimistas los "brutos" a quien se le ocurre guardar armas en una guitarra, y la guitarra en un estuche, para eso mejor un piano de cola... A lo sumo la música ¿qué tiene que ver con las balas y la violencia con el arte?, eso de ser músico y bandolero no va, la mayoría de criminales que he conocido ni siquiera guitarra sabian tocar, menos cantar, lo que saben es la ley que dice que no hay que confiar...

Acuérdense en el viejo Oeste que la banda sonora ni se notaba, las bailarinas seguian el ritmo hasta que por desgracia alguien daba cuenta del que tocaba el piano y algún otro para seguir la rola tomaba su lugar, el artista al igual que el cantinero siempre llevan la peor parte.