Por: Alejandra Erazo Vega
LA REALIDAD
Trágico fue el resultado. Fue como si la pirámide en serio se hubiese ido a pique aplastando a unos y otros. Entonces comenzaron irónicamente la distribución de las culpas. El dinero se perdió. El sistema colapsó y hubo más de uno que dijo con sárcasmo "se lo dije" sonó como si uno se cayera y todos acudieran no al socorro sino para preguntarle "¿se cayó?" las bromas al respecto no se hicieron esperar, que marranos, que tontos, que ignorantes, que confiados. Y sucedió que de eso tan bueno ni dura ni dan tanto, y las especulaciones decían que a unos si les pagaron y otros decían que a los primeros si ganaron.
ESTADISTICAS
Millones de millones esa era la pérdida. La gente arremetió sobre cuanta sede se señalo de pertenecer a la pirámide y la gente y el pánico comenzó a tener síntomas más graves, con humor se señalan que fueron "cincuenta las víctímas, muertos, desaparecidos, enfermos, etc" pero en realidad hacían referencia a "sin cuenta" porque la catastrófe era basta. Muchos se cogían la cabeza y no sabían qué hacer, mujeres y niños veían como llamas quemaban los últimos vestigios de una estructura que en últimas pagó con desidía los rendimientos, era total la incertidumbre y la culpa era para todos asunto compartido.
CONSTITUCION
Las pirámides pagaron impuestos, trabajadores, publicidad, arrendamientos, comisiones, fletes, honorarios, vigilancia, servicios públicos, estuvieron por mucho tiempo en pie a merced de leyes que violaron y la autoridad hacía una venía y los bancos y financieras envidiaban el ascenso de estas estructuras. A nadie le conviene finalmente que el pueblo salga de la pobreza y la ignorancia, explotados, esclavos existirán siempre y luego del caos vinieron para colmo los abogados prometiendo hacer respetar a los incautos que perdieron y que envidían a los que permanecen en silencio porque se dice que al fin el dinero fue a parar a las manos de unos pocos.