Por: Punto Limite Cero (PLC)
Estoy en el ascensor vestido de traje elegante con el brillo de los zapatos dándome en el mentón, digno ángelito dispuesto a dar respuestas inteligentes, en cuanto escuchó mi nombre digo galantemente "Soy, yo" la oficina parece iluminada a propósito para dar la ilusión de un cuarto de interrogatorio, las persianas dejan filtrar una luz brillante, afuera roncan los autos y por momentos interrumpen el dialógo, hay un escritorio gerencial, tres sillas, y nada más. La entrevistadora al parecer es una Psicológa con dotes de Psicoanalista, viste una minifalda negra y un buso rojo con un sútil escote quizá para demostrar algo, su voz es muy cariñosa y maneja un semblante expectante, el piso es resbaloso para sus zapatillas por eso se disculpa por no levantarse para saludar, a cada momento da saltitos asi sentada y es porque la minifalda se le sube demasiado y aunque no hay ángulo para ver si percibo que lleva varias horas sentada y está incómoda, para cada pregunta lee y ante la respuesta traza un visto, tiene en la silla colgado un bolso que mira de reojo y creo se trata de verificar si su teléfono suena. Cuando me despido, cruzó su mano con la mía y dudo "¡un momento!" dijo; Y adivinó que no era la primera vez que nos mirábamos, y lo que le asombraba es que la primera vez estábamos tan lejos de allí y tan cerca el uno del otro...