Por: Alejandra Erazo Vega
Dijo con premura "son unas arpías, ladronas, gasolineras y aprovechadas, y solo buscan marranos y bobos con plata" aunque el insulto no era para nosotras sentimos en el alma cada calificativo y en serio pensamos en que tales palabras tienden a herir el orgullo propio. "La próxima semana mejor tomamos un taxi" dije como si la culpa me recayese de improviso, como si el rostro me ardíera y no de la vergüenza pero si del colmo y para resarcir el daño mi amiga dice entre risas "si, habrá que traer el auto". Y es que ellos piensan que los utilizamos, que la rumba tiene que costearla los hombres, qué nosotras no podemos caminar porque nos cansamos, que nos quejamos por todo por el viento que nos arruina el peinado, el frío que hace exaltar nuestros pezones, y por las miradas coquetas de los transéutes, le tememos a ser robadas, a ser perseguidas, a caer ó tropezar por hacer gala de unos zapatos ajustados ó muy grandes, ó los incipientes tacones que suenan como castañuelas; ó de paso la falda que se levanta con la brisa ó la minifalda que cada que mandamos la pierna adelante se sube más y más. La verdad la próxima vez podemos ir a pie.