Por: Alejandra Erazo Vega
Ahora a este Conferencista se le dió por hablar de las cosas más íntimas dice que dizque ahora los hombres están usando las toallas higiénicas femeninas en las axilas para controlar el sudor excesivo; espero que no las usen en otras partes del cuerpo. Pero lo que de verdad me exaspera es que comienza a decir que hay mujeres que no sirven para pareja de un hombre, que a veces un perro es el que suple todas las necesidades de una mujer y esto y lo otro... "esté cabrón que se ha creído" y como la gente opta por sonreír en lugar de responder el atrevimiento, levanto mi mano y digo con convicción plena: "Imploro por favor su respeto, no creo que un perro vaya a colmar las necesidades de una mujer; como tampoco creerse menos, ó no opinar; ó ser la víctima del machismo, de la provocación, de la exclusión, de el sometimiento y sumisión...." El Conferencista perdio en un minuto la reputación del público que comenzó a darme la razón y a criticar a tal punto que si hubiesen existido piedras en el recinto serían lanzadas contra el hombrecillo que de alguna forma huyó y quizá entendió que debía quitar de su discurso toda difamación de género antes de que se encuentre otra vez frente a su némesis.