Por: Punto Límite Cero (PLC)
He sido abandonado, arrojado del nido, del lecho, del calor, de los brazos, de todos lados, le suelen dar a uno una palmada en el hombro ó de paso una patada en el culo la vida es un mar de desapegos, de soledades, y hay sufrimiento en cada suceso. Yo no sé cómo diablos se me fue a quebrar la aguja, la mitad se me quedó incrustada en el brazo y acaso era fácil sacarla, me imaginé dandolé palmaditas y diciéndole "vete" y ella diciéndome "¿para dentro ó para fuera?" y yo que para cualquier lado con tal de que se me quite el hambre, el sueño, el frío y por sobre todo la soledad. Un amigo me dijo que le pusiera cuidado, la aguja podía ganar la vena e ir directo al corazón, otro amigo me sugirió un imán y otro más que esperara. Y cuando pude ir al Centro de Salud y por más que el Médico exploró no había señales del resto de la aguja, entonces esperé el punzón en pleno corazón, estaba ya acostumbrado que una mujer, que una amistad ó hasta la familia me volvieran trizas el corazón, esta fatalidad debería no doler tanto. Algún día encontré el resto de la aguja enredado entre la ropa y me alegre de que al final todo sale, todo se olvida, todo pasa y nada esta.