lunes, 19 de noviembre de 2012

FINGIMOS COMPETIMOS Y A LA VEZ ENVIDIAMOS

Por: Alejandra Erazo Vega

Dicen que hay que temer a las mujeres que mienten porque lo hacen muy bien, tanto que pueden fingir un orgasmo, pueden crear una pelea de la nada, pueden obtener lo que quieren y a costa de la envidia pueden ser hasta brujas. Mi opinión no es tan crucial, si pienso en que algún día me corresponderá ser una suegra, quizá hasta abuela; odio esa idea y considero a la vejez como un sacrificio, para la mujer la edad es la cruz. Ahora que sobre el asunto de mentir creo esta en todos la posibilidad, la cuestión que importa en el por qué; en el amor dicen que el soporte de la felicidad de pareja es la habilidad para mentir de uno y otro miembro. La cuestión de competir es muy propia del género femenino, luchamos contra el tiempo ya lo dije y de paso intentamos que nuestro hombre sea tierno, que vista bien y ante todo sepa moverse tanto en una cama como cuando baila, y que se luzca, que irradie confianza y posesión (económica y estética) y si no somos dueñas de eso y alguna otra sí lo envidiamos con fuerza al punto de creer que la otra es una zorra artificial que lo anda repartiendo al mejor postor. En todo hay una controversía, claro que nos salva eso de que nadie cree en la brujas y salvan su sapiencia con la frase "pero de que las hay... las hay":