Por: Alejandra Erazo Vega
Te lanzan muchos cumplidos, muchos piropos, muchos versos, que parecen sacados de el libro de encantamientos mágicos; pero son meramente tímidos, carentes de toda certeza y compromiso, pues repelen la acción propia de formalizarse; no conozco a la primera mujer que se haya casado ni formalizado con el tipo que le hizo un cumplido, ó se le insinuo con un verso; tampoco un galán aparecido que se aventure a su conquista con una oda de alabanza y cordial manejo de retórica y lenguaje; más si he sabido de tipos truhánes sin ley surtidos de malas palabras y términos eróticos recargados de una mezcla entre abstinencia y deseo que triunfan sobre las damas y logran hazañas poéticas que los postulan con frecuencia a completar el estigma para el que fueron traídos al mundo: reproducción sin consciencia.