Por V.
"Es mejor saber vivir que saber escribir"
Gonzalo Arango
La atmósfera de conocimientos se quiere hoy negociar, la experiencia pesa, pero más importancia se le da al subsuelo y todo por el combustible que sirve tanto para mover máquinas como para extraer el maquillaje para que los seres de la vanidad se vean "bellos". Y todo en aras de la conquista, el placer, el éxito y sarcásticamente un termino imposible: la felicidad. Imposible en cuanto todo permanece en movimiento y la felicidad supone quietud, duración, éxtasis; tanto como el sueldo que nos hace felices a fin de cada mes y que deseamos a toda costa no gastar, pero que la necesidad tiende a triunfar y en últimas poco o nada se puede ahorrar. Un libro pocas veces se hojea con el propósito de aprovecharlo en su extensión, por lo general se busca que la vida que lleva uno coincida con la historia que se plasma en el libro y otorgue una salida fácil que cueste poco y que en definitiva postule unos conceptos parecidos a los que tenemos. Con todo esto la dedicación que poseemos nos alcanza para admirar e intercambiar opiniones, mientras nos encaminamos a la única verdad posible que solo reviste silencio y no importa ya tanto riqueza, ni poder, ni creencia.