Por: Yania Salazar
Pero es que también deben ellos entender que una esta sujeta a cambios hormonales, y sucede cada mes. A veces se exalta la sensibilidad a veces el odio y el deseo de chocar todo contra el mundo, no ser comprendida, ni ser tenida en cuenta para nada, a veces exagerar, otras no saber que escoger, ni qué decidir. A veces un chocolate calma la bruma otras es necesario el llanto, la auto flagelación psicológica, qué alguien te escuche ó alguien sufra por ti.
En fin, a estas tormentas hormonales se suele culpar del maltrato físico de la mujer hacia su cónyuge ó pareja sentimental, de las repentinas peleas "por nada", el mal genio y hasta el deseo de soledad. Pero si bien existe una propensión hacia comportamientos no habituales, luego todo se calma y se vuelva a un estado armónico en el que subliminalmente decimos "no sé qué paso" y no sabemos cómo disculparnos. Entonces de la culpa se pasa al proceso de desear que todo también sea distinto y se anhele con fuerza un mejor escenario, hasta el otro mes en el que vuelve y se repite el ciclo.
Dicen los estudios que el género femenino no examina razones sino que se deja llevar por la química hormonal, (denominado sexto sentido ó instinto) unido a esto hay que entender que en la mujer se desarrollan procesos que determinan que pueda ser madre en un momento dado y que conforme a esto buscará las mejores opciones para desempeñar ese papel en medio de un mundo que exige y apremía con sus afanes y ritmos de vida.